Los gatos callejeros se alimentan de lo que encuentran, es decir, de carroña. La exposición a las toxinas de esta alimentación puede explicar el mayor riesgo asociado con la infestación por Toxoplasma en los gatos callejeros.
El estudio también descubrió que los gatos criados en casa tenían un menor riesgo de infestación por Toxoplasma y otras infecciones bacterianas. Esto sugiere que la alimentación balanceada y controlada puede ayudar a prevenir la transmisión del parásito.
En consecuencia, se recomienda no acercarse demasiado a los gatos callejeros y mantenerlos alejados de las mascotas domésticas para evitar que se infecten con toxoplasmosis e intercambien parásitos entre sí.
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